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Informaci贸n
Remonta sus or铆genes a 茅pocas prehist贸ricas. Prueba de ello son los restos arqueol贸gicos encontrados alrededor de la Fuente de la Carrasca y en la Roca del Corb, as铆 como las pinturas rupestres del Barranco de Santa Mar铆a y Covarxa o los restos del poblado 铆bero del Castellar.
Hasta la Edad Media se carece de datos hist贸ricos sobre el municipio de Culla, siendo incierta la 茅poca de dominaci贸n romana. Fue dominio musulm谩n hasta principios del siglo XIII, y qued贸 definitivamente en manos cristianas a ra铆z de su reconquista por Blasco de Alag贸n en 1233. Jaime I don贸 a dicho noble la villa y castillo de «Cuellar» por privilegio del 11 de mayo de 1235.4
Culla recibi贸 su Carta de Poblaci贸n en 1244, de manos de Guillermo III de Anglesola y de Constanza de Alag贸n, su mujer.
Poco despu茅s se disputaban su posesi贸n Guillem IV d'Anglesola, hijo de los anteriores, y Blasco II de Alag贸n, su primo, se帽or de S谩stago, nieto tambi茅n del concesionario. El castillo de Culla jugaba un importante papel estrat茅gico por su situaci贸n y por lo amplio de su territorio. Era por entonces castellano del mismo Arnau de Monson铆s. Por sentencia de 1264, Jaime I dirimi贸 el pleito a favor del de Anglesola.5 Y en 1303, 茅ste vendi贸 Culla y todos sus dominios a la Orden del Temple por un precio de 500.000 sueldos jaqueses.
En 1312 el papa Clemente V disolvi贸 el Temple, y desde 1317 sus posesiones en la Corona de Arag贸n pasaron a depender de la Orden de Santa Mar铆a de Montesa, fundada precisamente para recoger esta herencia. La bail铆a de Culla qued贸 en poder de la Orden de Santa Mar铆a de Montesa, siendo Bernat de Monson铆s el primer Comendador Mayor de la nueva Orden y comendador tambi茅n de Ares y de Pe帽铆scola. La Orden de Santa Mar铆a de Montesa conserv贸 el dominio del Castillo y Se帽or铆o de Culla hasta el siglo XIX.
En el siglo XIV se form贸 la Setena de Culla o «Comunitat d'Herbatge» que estaba integrada por Culla, Benasal, Vistabella del Maestrazgo, Adzaneta, Benafigos, Villar de Canes y la Torre de Embesora. Esta agrupaci贸n de municipios compr贸 a la Orden de Montesa los derechos de explotaci贸n de los recursos pecuarios y forestales, para de esta forma defender con m谩s fuerza sus intereses ganaderos comunes. El funcionamiento de la Setena de Culla perdur贸 hasta mediados del siglo XIX.
En el siglo XVIII se produce una fuerte transformaci贸n urban铆stica en Culla, con la construcci贸n de la iglesia, la ermita de San Crist贸bal, y otras obras de mejora y ampliaci贸n del casco urbano.