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Inaugurado el día 20 de marzo de 1897, víspera de la Magdalena, el monumento y estatua en homenaje a Don Jaime I el Conquistador constituyó siempre motivo de veneración y respeto de los castellonenses hacia la figura del Monarca. Su actitud de entregar a Castellón el Privilegio del Traslado y Fundación de la nueva Villa, adquirió gran trascendencia en los últimos meses cuando se estaban celebrando los actos conmemorativos del 750 aniversario de la Ciudad. La Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia aprobó el diseño y modelo de la estatua presentados por José Viciano Martí. Y los albaceas del difunto benefectador de Castellón, el arcipreste Juan Cardona Vives (quienes sufragaron los costes), dieron vía libre al Ayuntamiento para que encargara al arquitecto municipal Godofredo Ros de Ursinos el pedestal y la planificación del entorno, dignísimo en su concepción y estilo para mayor lucimiento de la majestuosa obra del escultor Viciano.